lunes, 7 de julio de 2008

Vengan a Mí y descansen (5 julio 2008)



La formación de este sábado, trató acerca de la enseñanza del Evangelio del domingo 6 de julio, San Mateo 11,25-30:

En
aquel tiempo, Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido.
"Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce realmente al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce realmente al Padre; sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer.
Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar.
Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso.
Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros"

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De este Evangelio, podemos extraer que:
  • Primero: Cuando Jesús dice "porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos"; hace un referencia sobre ser humilde y no dejarse llevar por la soberbia que da el saber. Ser sencillo (en otras traducciones se describe como "manso") significa ser alguien que de paz a los demás, alguien que reconoce que no es nadie en presencia de Dios. Sólo siendo humildes, conoceremos a Dios y al Hijo.
  • Segundo: Cuando dice "Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar"; nos hace el llamado a que si estamos agobiados por nuestros problemas, recurramos a Él como fuente de consuelo. Y este consuelo, sólo podemos encontrarlo en la oración profunda, en el diálogo con Dios, en confiar que Él es la solución a los problemas por lo cuales todos pasamos.
  • Tercero: Cuando dice "Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso"; nos invita a que por más duro y difícil que sea el o los problemas por los que pasamos, no hagamos el típico reclamo de "por qué me pasa esto a mí" o "¿por qué me castigas así Señor?"; sino que aunque no comprendamos las cosas por las que pasamos, le confiemos a Él nuestras penas. En cierto modo también anticipa que Él no renunciará a su carga... Y su carga era la más pesada que cualquiera pudiese soportar... ¡Morir crucificado por nosotros de forma voluntaria!